jueves, 28 de enero de 2010

Te odio porque te quiero.


Te odio porque te quiero, te quiero porque te odio. No te quiero querer, pero tampoco odiar. No quiero sentir nada por ti, no quiero que seas alguien para mi, no te necesito, pero la verdad, nose que haría sin ti. No quiero que estes, pero no quiero que te vayas. Quiero lastimarte y verte llorar, pero me siento tan incapaz de ello, que prefiero verte sonreir.

Te odio porque eres lo mejor que puedo sentir, pero no te quiero querer, porque cuando te quiero, te odio. La verdad es que quiero que te marches para siempre, antes de que esa herida que hay en mi sea incurable. Si te odio, es para prohibirte lastimarme. No quiero que me toques, pero quiero ser besada y sentida por ti. No quiero verte vivir, pero tampoco que mueras.

Te odio poque no mereces nada más de mi, no quiero sentir nada por ti, no quiero que seas mi vida. Te odio con rabia y rencor, y si te quiero, es por sentir. El odiarte me hace sentirme viva, el quererte me mata. Pero prefiero morir antes de que de mi boca vuelvan a salir palabras de amor. Prefiero matarme antes que decirle amor al odio. No quiero sentir nada. Solo quiero volar a un mundo donde no estés tu. Y buscaré ese mundo, solo para volver a sentirme viva.

Te odio porque siempre estas en mi mente. Por eso quiero que dejes de existir. Prefiero ser herida por mis propios sentimientos, a ser derrumbada por tus palabras.

Te odio porque no te quiero sentir, no quiero sentir nada más que lástima por ti. Quiero herirte y lastimarte. Pero a esa misma vez quiero protegerte y abrazarte para siempre. Hacerte ser inmortal, eternamente para mi. Que no puedas ser tocado, ni visto por nadie. Solo por mi. Pero dejando atrás esta fantasía, tengo que odiarte, ya que no te puedo querer más de lo que te quiero.

Te odiaré, y mientras tanto sufrire. Nunca deví haberte conocido. Te odio tanto porque eres esa parte que me falta. Pero te quiero, quiero besarte, quiero rozarte, abrazarte, y que seas mio para siempre.

Siento ser tan egoista, pero no tengo más remedio que odiarte por tanto quererte.

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