Despertar cada mañana pensando que todo será distinto, que en esé largo día alguien se cruzará en tu camino, y te ayudará a superar esos graves errores.
Coger la maleta y dirigirte al colegio. En el camino, mirar por la ventana. Desconociendo todo aquello que con la vista puedas alcanzar. Tararear en tu cabeza esa canción que oyes de fondo, sin llegar a hacerle mucho caso. Ese sol radiante que te ciega, te impide ver ese monte verde que por ahora sige vivo. No sabes cuando podrá llegar a durar, pero siges mirandolo sin darle mucha importancia a su tiempo de vida. Te miras en el retrovisor, y te dices a ti misma < Que más dá lo que dure, lo único que importa es lo que dure yo >. Después de repetirte esas orribles palabras una y otra vez, miras al frente y sin parpadear ni una sola vez, inspiras y expiras. Piensas que dentro de unos minutos entrarás en ese sucio lugar, en el que la gente solo intenta quedar por encima de los demás. En ese lugar, en el que lo único que importa es tu forma de ser o vestir. En ese lugar, en el que mires donde mires, todo da asco. Pero tú, al ser una persona fuerte y testaruda, solo tienes que entrar, echar las peores horas de tu vida, y volver a casa.
Al llegar a casa, te encierras en tu habitación, y te limitas a salir solo para cosas importantes. Cosas que no puedan esperar más, o que sean para beneficio propio.
Hora tras hora, miras el reloj, con la esperanza de que pronto llegarán las 22:00 y podrás decir < ¡Me voy a dormir! >.
Porfín llegó la hora, así que te pones el pijama, y preparas las cosas para el día siguiente.
Ya con todo listo, te miras al espejo y dices < Mañana será un día mejor >.
Así que te metes en la cama, cierras los ojos, e intentas olvidar esé puto día, ese día que como otro más te jodio. Pero que apartir de ahora dejaras pasar como si nada.
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